martes, 17 de mayo de 2011

SABER NADAL, SABER PERDER.

A veces en el patio, se forman equipos, unos y otros juegan con entusiasmo, con pasión, en el caso de algunos, parece que se les va la vida en cada jugada, en cada remate, en cada llegada. Es normal ver escenas, reprochando errores a compañeros, gritos e insultos a los contrarios...
Es frecuente ver a los ganadores recrearse en la victoria , intentando dañar la moral y los sentimientos de los perdedores, y a estos no aceptarla, tildándola de injusta, de ilegal, y respondiendo con escenas de desacuerdo, malestar e incluso lágrimas, pero lágrimas de verdad, de esas que caén por las mejillas.
En la vida misma, que a veces es como un juego, ocurre algo parecido, se nos presentan infinidad de momentos en las que debemos estar preparados para ganar y como no, para perder. El deporte y la propia escuela son dos escenarios ideales para ensayar y aprender ambas situaciones.
No penséis que critico a los alumn@s, yo también tuve su edad, y creo que pensaba y reaccionaba como muchos de ellos; después, el paso del tiempo sobre todo, los consejos y ejemplos de algunos mayores, la situación personal de cada uno y el grado de conocimiento que tengan o tengáis hará que todas estas reacciones permanezcan para siempre o queden atrás y las veáis como lejanas. A pesar de esto que escribo, a ganar y a perder, como a tantas otras cosas, se está aprendiendo durante toda la vida, yo lo hago a menudo.
Saber ganar y exteriorizar la alegría en su justa medida , ponerse en el lugar de los que han perdido, entender que la próxima vez los papeles de ganadores y perdedores pueden invertirse, no es nada fácil. Saber perder también es complicado, o lo que es lo mismo, entender que es una posibilidad entre dos, que los otros fueron mejores, o que influyeron otros factores que también forman parte del juego, felicitar a los adversarios, nunca enemigos, e incluso alegrarse sinceramente por sus sentimientos, valorar más que la derrota, el propio esfuerzo y el trabajo bien hecho, no es lo fácil ni habitual.
De vez en cuando , entre los deportistas de élite , esos que solemos admirar, surgen numeros uno en el juego, y en contadas ocasiones, coincide que además de ser los mejores como deportistas, también son los mejores como personas. A fecha de hoy es el caso de Rafa Nadal, hace unos dias perdió por tercera o cuarta vez consecutiva con su rival Djokovik, haciendo un partidazo, jugando al límite de sus posiblidades y dándo lo mejor de él mismo, aunque al final, cayó derrotado. No buscó excusas, no hubo malas caras, a pesar de no estar acostumbrado a perder, Nadal, supo actuar con humildad , felicitando a su rival, saludando al arbitro y regalando su cinta del pelo a algun admirador incondicional.
Gracias Nadal, por tu juego , por ser una referencia para todos, jóvenes y no tan jóvenes, en la pista y fuera de ella. No olvidaremos tus victorias en Roland garros, Winblendon, etc, etc, conseguidas a base de genialidad, esfuerzo y entrega y tampoco la forma en la que supistes saber perder en contadas ocasiones, ellas, sin duda, harán más grande tu leyenda, la leyenda de un campeón






JMM.




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